martes, 4 de agosto de 2015
Posted by miguel on 14:36 with No comments
La historia del descubrimiento de la Dama de Elche, una de las más emblemáticas imágenes de la cultura íbera, está envuelta en sombras, dudas y contradicciones. Se trata de un recipiente, con una abertura detrás, que quizá sirviera para contener las cenizas de un difunto y representa a una enigmática mujer o divinidad, adornada con un extraño tocado circular. Según nos dice el profesor Francisco Vives en su estudio “La Dama de Elche en el año 2000″, originalmente debió tratarse de una imagen de cuerpo completo, sentada y profusamente coloreada en rojos y azules, que tal vez se rompió y fue aprovechada como urna funeraria. Atribuida su factura a la cultura íbera y en un más que perfecto estado de conservación a pesar de tener 2.500 años, poco más podemos decir de ella, salvo que es uno de los misterios de la actual arqueología española… o quizá no.
Su hallazgo se produjo el 4 de Agosto de 1897 en el yacimiento romano de La Alcudia, en el interior de una urna. Con más prisa que pausa, fue vendida a un coleccionista llamado Pierre Paris que trabajaba para el Louvre, por la nada despreciable cantidad de 4.000 francos. Y allí estuvo descansando hasta que, en 1941, Francisco Franco negoció con el gobierno francés y la intercambió al museo del Louvre por un Velázquez. Una vez en el Museo Arqueológico Nacional, la Dama de Elche se convirtió en la pieza central de la colección de escultura ibérica. Cuando John F. Moffit, de la Universidad Estatal de México, publicó un libro titulado “El Caso de la Dama de Elche. Crónica de una Leyenda” y basado en más de 20 años de investigaciones quedó sembrada la polémica. Moffit afirmaba que la Dama de Elche no era más que una falsificación del siglo XIX, realizada por Pallas i Puig y argumentaba que había una gran cantidad de discrepancias y puntos oscuros en la historia de su adquisición y en su morfología. Por ejemplo, fue automáticamente atribuida a los íberos, a pesar de haber sido hallada en un yacimiento romano.
Entre los principales hechos sospechosos hay que destacar que está “demasiado” bien conservada, sobre todo para haber pasado 2500 años a apenas un metro de profundidad en un terreno cultivado, sin haber recibido ni un solo golpe de azada, ni haberse oxidado a pesar de haber sido regada durante mucho tiempo. También está el hecho de que presente varios rasgos que no son propios de la cultura íbera del siglo IV a C como su base cuadrada (de la que no hay antecedentes) y que posea una indumentaria que mezcla aspectos etruscos, griegos, romanos e incluso púnicos. Tampoco es normal la realización de retratos personales tan detallados en aquella época, siendo la práctica totalidad (hasta los tiempos de Alejandro Magno) representaciones de dioses o divinidades. También hay que recordar que la antigua Elche, Ilici fue completamente destruida y que sus restos suelen estar despedazados, cosa que tampoco concuerda con el perfecto estado de la Dama.
John f. Moffit lleva años insistiendo en que la única forma de salir de dudas sería realizar la prueba del Carbono 14 a los pequeños restos de tinte que aun conserva, pero de momento no podremos despejar esa duda. Hay quien defiende su autenticidad y quien afirma que fue simplemente un buen negocio, aprovechando el vacío legal de la época respecto a la venta de restos arqueológicos y que llegó a su fin en 1912.
Categories: La dama de Elche, puesta en duda
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