martes, 4 de agosto de 2015

Las misteriosas momias de Tarim Basin

Las misteriosas momias de Tarim Basin

En septiembre de 1985, un grupo de arqueólogos encontraron en el desierto chino de Taklamakán, un extraordinario cementerio. Sus habitantes habían muerto hacía 4000 años, y sus cuerpos se encontraban extraordinariamente bien conservados.

 Hasta ahí, todo normal. Lo curioso del caso es que, a pesar de haber sido encontrados estos restos humanos en medio de una región de China, las momias poseían unos rasgos claramente europeos, como pelo castaño o rubio, y nariz larga. Sus cuerpos habían sido enterrados boca abajo y, en lugar de lápidas, sobre el suelo se hallaban clavados cientos de postes, de unos cuatro metros de altura, que los investigadores han interpretado como símbolos fálicos. El origen e identidad de las momias es aún desconocido, pero poco a poco van apareciendo pistas sobre su origen, su forma de vida y la lengua que hablaban.

 Las tumbas se encuentran cerca de la cuenca del Tarim Basin, una región rodeada de montañas. La mayor parte de esta zona es un desierto, el de Taklamakán, tan inhóspito que los antiguos viajeros que hacían la ruta de la seda lo bordeaban para no tener que cruzar por él. Actualmente conviven en esta región dos etnias, los Ulghurs, de habla turca, y los Hans, cuyas relaciones no son demasiado buenas y que se han visto alteradas aún más por el descubrimiento de las momias. Las casi 200 momias sorprenden por sus rasgos claramente occidentales, y los Ulghurs, que no ocuparon la zona hasta el siglo X, ya han sentenciado que esa región fue siempre suya.

 Una de las momias, conocida por el nombre de la bella Loulan, fue analizada por el genetista Li Jin, quien afirmó que su ADN procede de Asia Central, o incluso del sur de Asia. La prueba del carbono 14 ha dotado a las momias sobre unos 3980 años. Son las más antiguas halladas en Tarim Basin. A pesar de las tensiones políticas sobre el origen de los restos, los científicos chinos han revelado que estas personas eran una mezcla entre europeos y siberianos, y que probablemente llegaron de fuera de China. De hecho, las momias de sexo masculino analizadas, presentaron un cromosoma “Y” que actualmente se puede encontrar en Europa Oriental, Asia Central, pero raramente en China.

 Aunque este pequeño cementerio fue descubierto por primera vez en 1934 por un arqueólogo sueco, se mantuvo olvidado durante 66 años, hasta que una expedición china lo localizó mediante GPS. La excavación se llevó a cabo desde 2003 hasta 2005. Se encontraron cinco capas de enterramiento y casi doscientos postes, muchos de ellos con forma de remos. Al pie de cada poste, había barcos colocados boca abajo y cubiertos con pieles. Las momias conservaban aún la ropa con la que fueron enterradas. Se encontraron sombreros con plumas, grandes capas de lana con flecos, botas de cuero, incluso prendas de ropa interior. Además, cada barco-ataúd contenía ofrendas funerarias, tales como cestas, máscaras talladas y restos de efedra, una hierba que pudo ser utilizada con fines medicinales o para rituales.

 Por otra parte, no se conocen datos de asentamientos cerca de la cuenca del Tarim, por lo que se supone que esta gente llegó de otros lugares en barco. La circunstancia de no haberse hallado ni rastro de herramientas para la madera ni para la construcción de naves, hace pensar que tanto los postes como los barcos fueron fabricados lejos del lugar. De todas formas, la cuenca del Tarim Basin, estaba casi seca cuando esta población llegó al lugar, hace unos 4000 años. Probablemente vivieron muy precariamente hasta que los ríos se secaron por completo. En cuanto a la lengua que usaban, se desconoce. Aunque se cree que puede tener relación con el Tokhario o Tokharian, un antiquísimo dialecto proveniente del Indoeuropeo. De hecho, en el lugar se han encontrado manuscritos en dicha lengua. En fin, seguiremos con expectación cualquier luz que aclare cómo fue la vida de estas extraordinarias momias de la cuenca del Tarim Basin.

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